Historia de Ricky (Riki-Oh: The Story of Ricky) - 1991- By: Felipe Múgica.
Bienvenidos a la Categoría III, clasificación instaurada a finales de los años 80 en el cine de Hong Kong para englobar al cine más extremo, donde se mostraban los mayores excesos en violencia, y el cine erótico. "Historia de Ricky" es una de las películas más paradigmáticas de esta clasificación que acabó convirtiéndose en un subgénero. El film transcurre en el año 2001, el futuro, donde las prisiones han sido privatizadas y los reclusos son utilizados como mano de obra. Ricky, quien tiene una fuerza sobrehumana, acaba de ser encerrado en una de estas cárceles donde se tendrá que enfrentar a los abusos que ahí se producen y a sus tiránicos líderes.
La película, que adapta el manga "Riki-Oh", de Masahiko Takajo y Saruwatari Tetsuya, hay que avisarlo desde el principio, es un auténtico festival de salvajadas sangrientas y si eres de esos de estómago delicado más te valdría alejarte de este film (aunque, realmente, se trata de una violencia tan exagerada que resulta imposible tomársela en serio). Cada uno de los combates en que se ve envuelto el protagonista se resuelve con algún de tipo de destrucción corporal y es que, gracias a su descomunal fuerza, de un puñetazo puede atravesar el torso de su enemigo o arrancarle media cabeza o destruirle la mandíbula o partirle medio brazo de un choque frontal, por mencionar solo algunas de las mutilaciones que Ricky lleva a cabo. Las brutalidades no se limitan solo a las que efectúa el personaje, ya que, en su enfrentamiento con las autoridades de la cárcel, sufre también torturas como introducirle un puñado de cuchillas de afeitar en la boca o ser enterrado durante siete días. La violencia llega a niveles demenciales en momentos en que, por ejemplo, un enemigo intenta estrangular a Ricky con sus propios intestinos o cuando este arregla un corte en el brazo ¡atándose los tendones!
Las escenas gore son resueltas con unos efectos de maquillaje, hay que reconocer, de lo más conseguidos. De hecho, da que pensar que se gastaron buena parte del presupuesto en los efectos, ya que llama la atención el paupérrimo diseño de producción de la cárcel donde se ubica la historia, repleta de paredes y habitaciones desnudas sin apenas mobiliario. Es significativo de esto el despacho del ayudante del alcaide, prácticamente vacío donde apenas hay una mesa y unas estanterías repletas de vídeos porno.
El film respira, ciertamente, un aire de lo más sórdido, entre las mutilaciones sangrientas, el vacío diseño de producción y también gracias a algunos personajes con un aspecto de lo más repulsivo. Así, el ayudante del alcaide, obeso, con un gancho por mano derecha y con un ojo de cristal que se saca y se introduce con frecuencia. También, el repelente hijo del alcaide, gordo, infantil y consentido. Y el alcaide, alto, delgado y calvo, tampoco es mucho más agradecido. Siguiendo con el diseño de personajes, no me resisto a comentar tres de los villanos a los que se enfrenta Ricky (quien, me gustaría recordar que, pese a todas las brutalidades que comete, él es el bueno de la historia), personajes que delatan el origen manga en el que se basa el film. Uno de ellos, andrógino, típico personaje de manga de sexualidad dudosa; otro, de reducida estatura (aunque altamente peligroso) y de gracioso flequillo; y un tercero, en cambio, desproporcionadamente alto. Los tres también disfrutan de un diseño de vestuario de lo más hortera, aunque esto se debe más a la época a la que pertenece el film que al origen en un comic japonés.
El film, entre escenas de lucha, entre flashbacks del protagonista llega a un final que, como no podía esperarse menos, resulta una orgía de sangre en que se salpica hasta al espectador y donde Ricky se enfrentará a un monstruo final que, hay que decirlo, resulta de lo más ridículo.
Llegamos al final del análisis. ¿Es Historia de Ricky una buena película? Pues si fuéramos un crítico riguroso seguramente diríamos que no. Pero si fuéramos un espectador que acudiera al film buscando diversión sin prejuicios, sin duda no podríamos más que admitir que el film es una auténtica fiesta de diversión gore sin desperdicio y demencial.
La película, que adapta el manga "Riki-Oh", de Masahiko Takajo y Saruwatari Tetsuya, hay que avisarlo desde el principio, es un auténtico festival de salvajadas sangrientas y si eres de esos de estómago delicado más te valdría alejarte de este film (aunque, realmente, se trata de una violencia tan exagerada que resulta imposible tomársela en serio). Cada uno de los combates en que se ve envuelto el protagonista se resuelve con algún de tipo de destrucción corporal y es que, gracias a su descomunal fuerza, de un puñetazo puede atravesar el torso de su enemigo o arrancarle media cabeza o destruirle la mandíbula o partirle medio brazo de un choque frontal, por mencionar solo algunas de las mutilaciones que Ricky lleva a cabo. Las brutalidades no se limitan solo a las que efectúa el personaje, ya que, en su enfrentamiento con las autoridades de la cárcel, sufre también torturas como introducirle un puñado de cuchillas de afeitar en la boca o ser enterrado durante siete días. La violencia llega a niveles demenciales en momentos en que, por ejemplo, un enemigo intenta estrangular a Ricky con sus propios intestinos o cuando este arregla un corte en el brazo ¡atándose los tendones!
Las escenas gore son resueltas con unos efectos de maquillaje, hay que reconocer, de lo más conseguidos. De hecho, da que pensar que se gastaron buena parte del presupuesto en los efectos, ya que llama la atención el paupérrimo diseño de producción de la cárcel donde se ubica la historia, repleta de paredes y habitaciones desnudas sin apenas mobiliario. Es significativo de esto el despacho del ayudante del alcaide, prácticamente vacío donde apenas hay una mesa y unas estanterías repletas de vídeos porno.
El film respira, ciertamente, un aire de lo más sórdido, entre las mutilaciones sangrientas, el vacío diseño de producción y también gracias a algunos personajes con un aspecto de lo más repulsivo. Así, el ayudante del alcaide, obeso, con un gancho por mano derecha y con un ojo de cristal que se saca y se introduce con frecuencia. También, el repelente hijo del alcaide, gordo, infantil y consentido. Y el alcaide, alto, delgado y calvo, tampoco es mucho más agradecido. Siguiendo con el diseño de personajes, no me resisto a comentar tres de los villanos a los que se enfrenta Ricky (quien, me gustaría recordar que, pese a todas las brutalidades que comete, él es el bueno de la historia), personajes que delatan el origen manga en el que se basa el film. Uno de ellos, andrógino, típico personaje de manga de sexualidad dudosa; otro, de reducida estatura (aunque altamente peligroso) y de gracioso flequillo; y un tercero, en cambio, desproporcionadamente alto. Los tres también disfrutan de un diseño de vestuario de lo más hortera, aunque esto se debe más a la época a la que pertenece el film que al origen en un comic japonés.
El film, entre escenas de lucha, entre flashbacks del protagonista llega a un final que, como no podía esperarse menos, resulta una orgía de sangre en que se salpica hasta al espectador y donde Ricky se enfrentará a un monstruo final que, hay que decirlo, resulta de lo más ridículo.
Llegamos al final del análisis. ¿Es Historia de Ricky una buena película? Pues si fuéramos un crítico riguroso seguramente diríamos que no. Pero si fuéramos un espectador que acudiera al film buscando diversión sin prejuicios, sin duda no podríamos más que admitir que el film es una auténtica fiesta de diversión gore sin desperdicio y demencial.
Una de esas pelis para ver con tus amigos con unas cervezas, fliparlo y echar unas risas. Además, quien se puede resistir a un film que tiene diálogos como:
-¿Por qué no te extrajeron esas balas?
-Son recuerdos
TRAILER
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